junio 22, 2007

TRES ACTITUDES DE UN PADRE COMPRENSIVO


Lucas 15.11-32
RODOLFO SABORIO

De este pasaje aprendemos tres cosas importantes. Veamos:
Un padre que lo entrega todo. De acuerdo con el texto bíblico, el padre tenía dos hijos. El menor le pide la herencia por adelantado. El padre se la da, sin quitarle nada. Era un padre bueno y dadivoso; como dadivoso y bueno es también nuestro Padre Celestial. Nos imaginamos que el mismo muchacho debe haberse sorprendido por la bondad de su padre. En el pasaje se narra con bastante detalle cómo el joven gasta toda la herencia dada con amor por su padre.
Un padre que no se desespera en esperar. Parece que el padre intuye el fracaso del hijo. Es por esto que le espera día a día. Y a pesar de la arrogancia del muchacho el padre sabe que pronto regresará. La determinación del hijo es vivir lejos del calor paternal. Pero esa lejanía del hijo se torna en cercanía para el padre que espera con paciencia su retorno.
Un padre que levanta al hijo caído. El muchacho malgasta toda la herencia. Decide regresar a su hogar, ya no como hijo, sino como peón. Prepara un largo discurso para convencer a su padre. Sin embargo, apenas tiene oportunidad de pronunciar las primeras frases. El padre lo recibe jubiloso y manda a preparar una fiesta. No solamente lo perdona, sino que lo restaura como hijo y no como jornalero como quería el hijo.
Al igual que aquel padre, nuestro Padre que está en el cielo, nos levanta cuando caemos, nos perdona cuando pecamos, nos restaura y nos da el título de hijos e hijas.